El año pasado, para el lanzamiento de la feria que organizo junto con el Hyatt, estaba Pablo Morandé y su hijo del mismo nombre. Llegaron temprano y se instalaron en una de las mesas que les tenía dispuesta en el Restaurante Senso. Pero no venían con los vinos de la viña Morandé, sino traían otros de su nueva aventura: vinos de Bodegas RE.
En general cuando estoy organizando algo no como ni bebo nada, soy lo peor. Me dedico a conversar con todos; a tuitear, a sacar fotos, a ver qué todo esté perfecto. Y aunque estoy siempre con una copa en la mano, nunca me la tomo. Pero me llamaron tanto la atención los vinos de Pablo que los probé con detención. Había un blanco dorado, que creí al principio era un Chardonnay con re harta madera, pero me llevé la sorpresa cuando me dijeron que era un Pinot Noir y que su elaboración estaba hecha gracias a las prácticas ancestrales de los vinos de velo. Luego en la feria misma, se me acercó Pablo y me dijo con su tono serio y algo estricto: "tenemos que conversar nosotros dos, tiene que ser luego". Yo me quedé sorprendida. Qué podía conversar yo con el señor Morandé. Pensé que algo no le había gustado de la feria, en fin. ¡Pero no! Lo que quería era mi ayuda en el lanzamiento de su nueva bodega, Bodegas RE. Ya que Patricio Tapia (vean mi perfil) le dijo que yo era la persona que él necesitaba.
Un honor en realidad para mi. Y por eso escribo aquí de eso. He aprendido de vinos y he aprendido de lo mágico que tiene hacer vinos. Este hombre tiene una visión de la viticultura y de su tierra, que te logra irradiar y cautivar. Cuando fui a RE para empezar a organizar todo el cuento, entendí que este era su proyecto más ambicioso y en el que toda la familia está involucrado.
Sobre Bodegas RE les cuento que está ubicada en Casablanca, en el camino a Lo Ovalle. La bodega tiene un emporio con venta de los vinos; productos gourmet, ponchos, libros y es la antesala de la revelación de los misterios de la bodega de los vinos ancestrales. En ella se conjungan viejas ánforas de arcilla con tinajas gigantes; fudres y barricas. Todo en un súper equilibrio estético y de capacitad tecnológica para producir vinos de primer orden.
La arquitectura de la bodega está basada en líneas puras, respetando el paisaje, donde la bodega emerge desde la tierra. En el ánimo de utilizar la energía de la propia tierra, se contrató a un arquitecto experto en energía, Pablo Sill, quién realizó estudios de los vientos costeros moderadores de la temperatura y del sol y su orientación óptima. En el subterráneo donde están las ánforas de la foto, mantiene la temperatura de la tierra, en forma constante a 15 grados. Esto es clave en la disipación de la energía calórica liberada por la fermentación. Además, el material de las ánforas, cemento y arcillas son de alta inercia térmica, permitiendo una fermentación a baja temperatura, sin necesidad de poner equipos de refrigeración. Además (están aprendiendo cierto? tomen nota mejor!) el diseño esférico de las tinajas hace que la fermentación se desarolle de forma autógena, o sea solita, sin necesidad de acciones mecánicas, sólo por el movimiento de las levaduras.-
¿Hablemos de los vinos? Mucho detalle de la bodega cierto. Es que es importante para que comprendan cómo son los vinos.
Los vinos blancos son de Casablanca y los tintos vienen de Loncomilla. Del campo que tiene Pablo Morandé. Todo se vinifica en Casablanca, en esta bodega.
El Chardonnoir, es uno de los vinos más entretenidos que he probado este último tiempo, y no es que esté escrito mal. Es una mezcla que va para espumante, pero que se quedo en vino, de Chardonnay y Pinot Noir. Una seducidad en el paladar.
El Re velado, es otro de los vinos, el que les comentaba que era de tono oro y que era Pinot Noir. En verdad el vino redescubrió las prácticas artesanales de hacer vino. Donde se dejaba a medio llenar la barricas grandes, para que se fuera oxidando el vino en su interior. Y así lograr un "velo". Es un descubrimiento, es un vino con aromas a nueces, flores silvestres; y en boca muy complejo, que hay que probarlo varias veces (varias botellas jaja) para ir entendiéndolo.
La línea se completa con El RE Cabergnan, una mezcla de Cabernet Sauvignon y de Carignan, los dos de la zona de Loncomilla por supuesto.
Re Pinotel, el más adecuado para empezar a conocer esta viña. Mezcla de Pinot Nor con Moscatel Rosado. Y el Carignan de Lomajes de viña Roja, que también se puede encontrar como Carignan Vigno.
La gracia de todo esto, es que la bodega está abierta al turista. Y los vinos no son tan caros (Entre 20.000 a 25.000 pesos) También se están vendiendo en tiendas de El Mundo del Vino, y para los que quieran conocerla, pueden preguntarme y armamos un grupo para que el mismo Pablo Morandé explique este nuevo RE descubrir de sus vinos. ¿Les parece? ¡Salud!
En mi próximo viaje a Casablanca espero poder visitar Bodegas Re. Es un proyecto muy interesante, probé todos en la expo de 2012 y mi preferido es el Re Velado, creo que debe ser porque es muy difícil encontrar algo parecido en Sud America. Hermosa nota Maria Paz. Salud!!!
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